miércoles, 29 de mayo de 2013

Operación bikini


Un día te levantas y te das cuenta que llega el calor. Piensas "ha llegado la hora", ese momento terrorífico al que ninguna mujer quiere enfrentarse, y menos cuando queda nada y menos para que llegue el verano...probarse el bikini.

Te intentas autoconvencer que el minúsculo bikini que llevabas antes de quedarte embarazada te quedará igual de bien. "Pese a los 20 kilos cogidos has acabado con el mismo peso que antes de parir y realmente tampoco te han salido tantas estrías, ¿no? No, no nos hemos quedado tan mal chica"

Te desnudas mientras tapas todos los espejos porqué pese a que tu mente te diga que realmente "no os habéis quedado tan mal" tu no quieres mirarte al espejo, por si las moscas. Te pones el bikini y con recelo destapas el espejo y... no medias palabra, sólo lloras en silencio. Te ves más rayada a estrías que una cebra, tu peso equivale poco más al de un hipopótamo y tu piel esta más colgandera que la de una persona de 90 años. 

Y entonces te acuerdas. Te acuerdas porque el verano pasado no tuviste vacaciones. Te acuerdas porque juraste y perjuraste no volverte a poner ese bikini y porque lo habías guardado en una caja en la parte más escondida del trastero. 

Entonces algo se activa dentro de ti y piensas: "Estamos a 29 de mayo... aun puedo hace una operación bikini express, ¿no?". Te vuelves a intentar convencer a ti misma que eso sera posible, diciéndote que empiezas a hacer bicicleta desde hoy, que saldrás a caminar todos los días y que el coche no lo usaras para nada, que no vas a volver a probar un dulce hasta navidad y que vas a comer sano y sin saltarte ninguna comida.